EL RESTAURANTE
EL RESTAURANTE
Si el mayor valor de la cocina de Nacho es la base, esto se tenía que ver reflejado en el local. DARIA desnuda sus paredes para dejar a la vista el ladrillo y la piedra que permanecen ahí desde los inicios de la construcción del edificio. Tanto en el bajo como en la primera planta, los materiales salen a la luz para lograr un espacio acogedor que está orgulloso de sus raíces pero que también se asoma a la intemperie para tomar aires nuevos que lleguen con nuevas ideas.
El local donde encontramos a DARIA es su mejor carta de presentación por su trabajado interiorismo y la búsqueda de rincones únicos que hagan sentirse al comensal parte de una experiencia culinaria desde el momento en que entra por la puerta.
Una cocina abierta para que se pueda admirar el arte de cocinar los mejores productos, piezas artesanales que se crean para servir al centro y compartir; como en esas mesas familiares en las que todo se pone en común.
Javier Guzmán Benito · Arquitecto
“Antes de ver el local en cuestión, lo primero que me llamo la atención fue el carácter de Nacho, su sencillez y naturalidad, su forma de transmitir el tipo de cocina que quería hacer y la pasión con la que hablaba de su trabajo. Queríamos que el local transmitiese estas cualidades sin ni siquiera haberlo visto.. se que suena raro, pero es así.
Al visitar el local nos encontramos con un espacio muy pequeño y oscuro, con diferentes lenguajes constructivos y decorativos, ya que había sufrido al menos 3 reformas sobre el mismo soporte. Era una especie de superposición acumulativa de capas con un espacio destinado a la cocina demasiado escaso para lo que allí se quería desarrollar. Por otra parte nos gusto que el espacio se presentaba en una doble altura que podía ser interesante.
El planteamiento fue claro, limpiar el espacio al máximo, recuperando las paredes de piedra y ladrillo, las vigas de roble natural y el techo de bovedillas de escayola, hasta dejar un contenedor atractivo sobre el que poder trabajar. Al parecer antiguamente los bajos de estos edificios fueron lonjas, y parecía que empezábamos a vislumbrar esos espacios originales.
Teníamos ya una base de materiales nobles, y decidimos introducir un único elemento en otro material noble: el hierro, un único elemento que ordenase y separase los espacios según sus necesidades. De esta forma decidimos dejar todo el motor y servicios del restaurante en planta baja, dándole una importancia especial a la cocina, de forma que fuese lo primero que vemos al entrar, para luego subir al comedor ubicado en la planta de arriba.
La iluminación se realiza mediante dos tipos de luz:
– luces indirectas que dan calidez y combaten la oscuridad natural del local
– luces focales en las mesas que proporcionan la luz necesaria para comer y un ambiente íntimo propio del bistro tradicional
El mobiliario es en madera y metal, con ausencia de color, salvo el negro y el propio de cada uno de los materiales, buscando un escenario muy neutro donde la comida elaborada por Nacho, con mucha presencia de verduras y pescados sea quien aporte el toque de color y se haga la protagonista total.”
Javier Guzmán Benito
Arquitecto
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